marți, 13 ianuarie 2009

Historia de una libertad fingida


Los Balcanes producen mas historia de la que pueden digerir.Lo decia Winston Churchill, sin que piense en un pais siempre dispuesto a comer sin saber si despues podra digerirlo. Se trata de Rumania-un lugar en el que hace 19 años un estado murio para reinventar una sociedad. Claro, no se trataba de un estado de derecho, porque los derechos no existian. Existen ahora por escrito, porque se murio por ellos. O por lo menos esto pone una piedra levantada en el sitio emblematico de Plaza de la Universidad. “Aqui se murio por la libertad”. Si estas de paso, y ves por la primera vez esa inscripción, a lo mejor empiezas a preguntarte cual fue la historia de esa piedra colocada en el centro de Bucarest. No es una historia facil, por no ser muy clara. Hace poco mas de 19 años, “el primer hijo de la Nacion”, Nicolae Ceausescu, se dirigia a una multitud de gente juntada, no se sabe como en la Plaza-convertida de la Revolucion. Gente, que por un milagro, que no venia de Dios, ni sólo del cura ungaro que habia comenzado una especie de rebelion dias antes en otra ciudad de Rumania, Timisoara, se habia reunido esta vez no para traerle flores, si no para gritarle verdades. De donde salio la fuerza del grito general, en la libertad de hoy todavia no nos hemos enterado. Un grito que no sólo salio en el centro de la Capital. En los barrios perifericos la gente se alegraba, abria las ventanas y gritaba como el echo… “Huyo el dictador…somos libres”.Y puños golpeban con sed cualquier objeto encontrado de camino, como eliberacion de energias latentes. Antes de que el camarada se escape (por poco tiempo), delante de su balcon, de donde se suponia que tenia que calmar a la gente agitada, el dictador prometia augmenter los sueldos y recibia maldiciones. Augmentos que hubieran servido para que? Sin gaz, luz y comida en sus apartamentos grises, los bucarestinos intentaban salir de su vida gris. Algunos salieron de ella por completo, caidos en la sangre de las balas que venian de alguna parte, nunca muy fija, nunca reconocida, nunca castigada. Asique se murio por la libertad. Hoy somos libres, libres de gritar y de maldecir, gran cosa. Libres de viajar y de leer. Libres de ver pelis en la tele, despues de la hora de cerrar –las 22-de hace 19 años. Libres de votar varios partidos y de escoger nuestros politicos. Libres de escuchar musica de todos tipos. Lastima que de todos estas elecciones que se pueden hoy hacer, se escuchan manele , se leen periodicos tabloid, se votan los mismos politicos de siempre en los ultimos 19 años, se viaja para contar lo que se ve y no para ver. Pero si que se ganó algo: podemos gritar y maldecir a cada esquina. Asi que no se murio por la libertad, si no por el derecho de dar por lo menos un puñetazo verbal al otro, al mundo, y a quien mas se te cruza. Porque sí que ahora nos podemos cruzar en cualquier parte con la certeza de que no hay mas problemas con la ley, dado que ella no existe, es como una dama misteriosa y peligrosa a la que todo el mundo invoca, nadie conoce y nadie respeta, por estar en la boca de todos. Se murio para conseguir derechos, leyes para todos y esperanza. Y sobre todo para poder decir “A la mierda con todo” cuando se te da la gana. Mejor no volver a subrayar porque se murio…

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